Otras veces me detengo para darme cuenta, me busco las pisadas y a veces, no me reconozco en ellas... me avergüenzo, quisiera disimularlas, justificarlas...
A veces me rindo a la comodidad... algunas otras veces me han llamado ecofascista.
Yo, consciente de algunas de mis huellas ecológicas (y también de otras), acabo de volver a no tener lavavajillas y experimento con nuevas pisadas...
¿Volver al pasado? ¿Retroceder?
Posiblemente. Y probablemente también recuperar algo de lo esencial de la vida.
Carmela me sirve de inspiración.
Os dejo un corto fantástico, de su nieta, Evelin Navarro.
me ha encantado! buf... bella la carmela, en su casita con su jilguero, al sol, las vecinas, el limón con clavo, el delantal tendido, la comida al fresco... sin idealizar, eh? pero cuánto hemos perdido... eso si, la veo solica... oh quizá estoy proyectando?
ResponderEliminara mí me gusta verla solita... quizás por eso está tranquila (creo q yo también ando proyectando! jejeje).
ResponderEliminargracias, amoras, por este espacio de reencuentro de palabras, sentires y saberes...
Monita de mi corazón, seguimos tu huella hermosa...
seguí vos regalándonos emociones e ideas...
besos insomnes a todas!